42 by Eneko Atxa

El txakoli '42 by Eneko Atxa', elegido mejor vino blanco del mundo

El cocinero Eneko Atxa y el gerente de la bodega Gorka Izagirre, Bertol Izagirre/. EC
El cocinero Eneko Atxa y el gerente de la bodega Gorka Izagirre, Bertol Izagirre / . EC

Del año 2015, cuesta 18 € y se elabora en la bodega vizcaína Gorka Izagirre, ha recibido el galardón en el Concurso Mundial de Bruselas celebrado este fin de semana

Julián Méndez
JULIÁN MÉNDEZ
El txakoli 42 by Eneko Atxa se impuso en una cata ciega, realizada en copas negras y sin que los catadores, que solo se guían por el olfato y el gusto, conozcan dato alguno sobre la procedencia de las uvas, ya que ni siquiera ven el color del líquido que degustan. Participaron 363 expertos de 51 países. El txakoli vizcaíno se impuso en su categoría entre 9.150 vinos provenientes de 46 países en el certamen celebrado en la localidad suiza de Aingle.
El galardón representa la definitiva puesta de largo internacional de los vinos de esta denominaciónEl premio introduce al txakoli en la primera división de los vinos blancos del mundo y, al decir de Joserra Calvo, enólogo responsable de este 42 by Eneko Atxa, «es un espaldarazo a la idea fundacional de la bodega: hacer vinos diferentes, criados con sus lías en madera y que son capaces de mejorar con los años».
Tras ser vendimiadas en el cálido otoño de 2015, las uvas de la variedad Hondarrabi Zerratia fermentaron en una tina de roble francés de 5.000 litros, donde pasaron diez meses junto a sus lías (levaduras). En ese tiempo, el mosto fue sometido a un batonnage diario, una técnica que consiste en remover las lías finas con el vino en el interior de la barrica.  
El vino nació para acompañar los platos de los dos menús (Adarrak, las ramas, y Erroak, las raíces) que sirve Eneko Atxa en su restaurante Azurmendi, el más sostenible del mundo en 2018 y que ostenta tres estrellas Michelin. El nombre 42 by Eneko Atxa es «una seña de identidad familiar e íntima, el nexo de unión entre Azurmendi y la bodega», señala Calvo. El txakoli, de muy escasa producción (apenas 6.700 botellas), se encuentra agotado en la actualidad, aunque un pequeño número de botellas se custodia en el propio restaurante así como en la zona de envejecimiento de la bodega Gorka Izagirre, donde se sigue observando su evolución en botella.
El premio, subraya Josera Calvo, refuerza a la bodega («y de paso a todos los productores vascos de txakoli») en la idea de que, por la acidez y el frescor de las uvas, es un vino de guarda que puede ver enriquecidos sus matices con la crianza en madera.
«El txakoli es uno de los grandes vinos de Europa. Envejece bien por su acidez y mantiene en el tiempo ese esqueleto, ese nervio que lo hace tan característico y singular... Este no es solo el éxito de nuestra bodega sino el triunfo de todos aquellos que valoran nuestro esfuerzo y nuestro trabajo pagando las copas de txakoli», sostiene Calvo.
Se trata de la primera vez que un D.O. Bizkaiko Txakolina obtiene la Gran Medalla de Oro y el Trofeo del Mejor Vino Blanco en el concurso mundial. Además de este galardón al 42 by Eneko Atxa, el vino blanco Gorka Izagirre de la cosecha 2018, de la misma bodega, ha obtenido una Medalla de Oro.



GASTRO

El mejor vino blanco del mundo: 42 Zura by Eneko Atxa, un txakoli que estrena diseño






42 Zura, añada 2015 by Eneko Atxa.







Hace un tiempo muchos fundamentalistas harían jirones las vestiduras: un txacolí elegido mejor vino blanco del mundo. Desterrados ya los presuntos sacrilegios vinícolas y los prejuicios más radicales, 42 Zura, añada 2015 by Eneko Atxa, lleva por nombre la elaboración que se llevó el gato al agua en el prestigioso Concours Mundial de Bruselas, que este año eligió la ciudad de Aigle, en el cantón suizo de Vaud, como sede.
Allí se dieron cita 363 sesudos del vino procedentes de 51 países y el txacolí vizcaíno triunfó en su categoría -9.150 vinos de 46 naciones- en una cata a ciegas servida en copas tan negras como la noche. Bajo la D.O. Txacolí de Bizkaia, este laureado vino brota de la colaboración entre el chef Eneko Atxa (tres estrellas Michelin por Azurmendi) y la bodega Gorka Izagirre, que se está especializando en romper tabúes y ofrecer vinos diferentes.
Da los detalles su enólogo, José Ramón Calvo. "Desde el premio no nos queda ni una botella de las cerca de 7.000 que sacamos. Las que nos quedaban fueron para distribuidores y clientes. El galardón refrenda nuestra apuesta. Tratamos de elaborar vinos distintos dentro de su tipicidad. Que tengan madera, que se elaboren con su lías, que se puedan guardar y mantengan el nervio, pero que a su vez contengan el carácter y la personalidad del txacolí y de nuestra bodega, donde reducimos la producción de kilos por hectárea y vamos con maduraciones que mantengan acidez".
En nariz, fruta blanca y cítricos, con notas de tostados; en boca, estructura y persistencia, toques glicéricos y torrente de frescura. Habrá que esperar remesa. Está agotadísimo. Su precio, 18 euros.
Tras los trofeos y alabanzas, llegó el momento de arropar 42 con nuevo atuendo. El estudio bilbaíno Crisis Creativa -que lleva tiempo trabajando tanto con el restaurante como con la bodega y conoce al dedillo las preferencias de ambos clientes en cuanto a branding e identidad visual- ha materializado la nueva etiqueta del mejor blanco del mundo.
La elegancia del negro y una tipografía limpia y de vanguardia sustituyen al naturalismo y a la grafía del 42 trazado a mano. El naming de 42 by Eneko aludía a la conexión (más o menos secreta, parece que se refieren a un familiar muy especial) entre la cocina de Eneko Atxa y la bodega sita en Larrabetzu (Vizcaya), a dos pasos de establecimiento tan estelar. "Es tan largo de contar lo de 42 by Eneko que no se si va a quedar claro, es un juego de palabras", despacha Calvo.
Lo que sí sabe que el mosto seleccionado de uva hondarribi zerratia -atlántica y singular- fermenta y se cría en una tina de roble francés de 5.000 litros. Luego duerme el sueño de la botella. El viñedo en espaldera y con fuerte pendiente de Izagirre, con una orientación estupenda, ha ido favoreciendo el grado alcohólico, ha atenuado la proverbial acidez de la D.O. y ha tranquilizado los vinos sin que pierden ni identidad ni empuje.
Con 14 pequeñas parcelas como terroir, en Gorka Izagirre se elaboran cinco referencias: el joven blanco Gorka Izagirre, los vinos criados con lías y barrica, G22 (que aguanta el envite de una buena txuleta), el citado 42 by Eneko Atxa, el vendimia tardía Arima ("alma" en castellano), y AMA, una edición limitada que solo sale al mercado en años especiales y que homenajea a las madres que han contribuido a que salga al mercado.
Se trata de vinos con una clara vocación gastronómica, elegantes y sabrosos, que pueden maridar menús largos y de altos vuelos como los que propone Eneko Atxa desde su santuario. Para acompañar 42 desde Azurmendi prescriben esta delicia: 'Bogavante asado y descascarillado, jugo, mantequilla de café y cebolla morada de Zalla', que forma parte del menú llamado Adarrak (las ramas).

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